El Poder de la Paz
1. Como Pastor, tu corazón está con las personas. ¿Cómo ha usado Dios el 2020 y esta pandemia para revelar lo que las personas están necesitando en sus vidas ahora?.
Durante esta pandemia, hemos sido recordados de cuánto necesitamos su fortaleza, su paz más que nunca. Necesitamos algo más grande que nosotros mismos a lo cual volver. El fundamento de nuestra fe nace de las dificultades. La fe no es solo para los buenos tiempos, es para los tiempos difíciles. La Escritura dice “Dios nos ha armado con fuerzas para cada batalla”. Debemos volver a un lugar de paz, vivir en un lugar de confianza. Podemos no entenderlo todo, pero debemos saber que Dios nos tiene en la palma de su mano.
2. Acabas de escribir un nuevo libro, Estar en paz a propósito. ¿Por qué el ser deliberado en cuanto a mantener la paz, es la clave para no caer en la trampa del temor?.
Es fácil ir por la vida preocupado por el futuro, frustrado porque un sueño está demorando mucho en suceder, molesto porque alguien te hizo daño. No has sido diseñado para vivir con temor y frustración, aplastado por los problemas. Cuando estás preocupado, molesto, no tienes la fortaleza que deberías; te vas a desmoronar cada vez que haya un cambio inesperado. Reconoce lo que está sucediendo. Al inicio del día, necesitas decidir que no importa lo que venga en tu camino, no vas a enojarte, no dejarás que el temor entre. Ya has convencido a tu mente para permanecer en paz. Cuando tú estás en paz, cuando tú escoges vivir desde un lugar de paz, no un lugar de temor; esa es una posición de poder.
3. ¿Por qué es la paz una posición de poder?
Cuando sabes que Dios está en control, vas a ser fuerte. Sentirás una fuerza sosteniéndote. Pero cuando estás enojado y temeroso, eso drenará tus energías, drenará tu motivación. Siempre hay mucha negatividad en el mundo, todos enfrentamos amenazas a nuestra salud y otros retos que son reales; pero no dejes que eso te afecte. No veas las noticias negativas todo el día, deja de sintonizar eso y sintonízate en lo que Dios dice sobre ti. La Escritura dice: “Piensa en todo lo puro, cosas que son agradables, todo lo que tiene buena fama”. Piensa en cosas que edifican tu fe.
4. En tu libro, hablas sobre la mentalidad “todo está bien”. ¿Qué quieres decir con eso, y por qué es tan importante para nuestro caminar en fe?.
“Todo está bien” es una frase sencilla que nos recuerda que Dios aún está en su trono. Cuando tienes una actitud de “todo está bien”, hay descanso, paz mental. Saca la presión de ti. No vives en una montaña rusa. Sabes que todo está bien en la cima de la montaña, y todo está bien en el valle. Todo está bien cuando al negocio le va grandioso, y todo está bien cuando está lento. Sabes que Dios es más grande que cualquier cosa que estés enfrentando.
5. ¿Porque necesitamos entender que estar en la voluntad de Dios no significa que no tendremos dificultades?.
Dios jamás dijo que entenderíamos todo a lo largo del camino. Él no prometió que no habría ningún dolor, sufrimiento, desilusión. Vemos las noticias y vemos desastres naturales, enfermedades, accidentes, conflictos. Si eso no es suficiente, ahora estamos enfrentándonos con temores por la pandemia. Todas estas preocupaciones son válidas. Si estuvieras por tu propia cuenta, tendrías razón en vivir preocupado. Pero la Escritura dice, “Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas”. No estás en esto por ti mismo. Tú tienes un protector, un defensor, un libertador. El Dios Altísimo es el Guardia de tu alma. Cuando Dios sopló vida en ti, Él no te puso simplemente en la tierra y dijo, “Buena suerte, estás solo”. Él dijo, “Voy a guardarte. Voy a echar fuera las fuerzas de la oscuridad. Voy a ocultarte de tus enemigos. Voy a escudarte de los problemas”.
6. En Estar en paz a Propósito, tú hablas sobre la mala hierba y cómo no debemos quitarla. ¿Podrías explicarnos eso a nosotros?.
Jesús nos dio una parábola sobre esto en Mateo 13. Un Labrador fue a plantar trigo a su campo. Estaba haciendo lo correcto. Pero una noche mientras dormía, un enemigo se metió y plantó mala hierba en su tierra. Cuando las semillas germinaron y empezaron a crecer, la mala hierba creció entre el trigo. Sus trabajadores le dijeron, “¿De dónde vino esta mala hierba? Tú no plantaste esas semillas”. Cada vez que estás haciendo lo correcto, estás honrando a Dios, siendo productivo, y ayudando a otros; no te sorprendas si encuentras mala hierba entre el trigo. De la misma manera que con este hombre, eso no significa que estés haciendo algo mal. Tú piensas, “He sido leal a esta compañía por 20 años, ¿por qué me tratan mal? He criado a mis hijos bien, ¿por qué se están desviando del camino?”. Eso es simplemente la mala hierba que el enemigo ha sembrado en tu campo para tratar de desanimarte, distraerte y sacarte de curso. Las buenas noticias son que esa mala hierba no puede alejarte de tu destino. Si esos problemas fueran a detener los planes de Dios para tu vida, Él nunca los hubiera permitido. En vez de desmoronarte y pensar, “No puedo creer que esto esté pasando”, tu actitud debería ser “es solo otra mala hierba, no es gran cosa. Yo no la he sembrado, no tengo que cosecharla. Dios dice que se encargará de ella”.
7. ¿Por qué la mala hierba siempre acompaña la cosecha?.
Muy a menudo quedamos frustrados por las dificultades, pero debes darte cuenta que no puedes tener una cosecha sin un poco de mala hierba. David jamás habría ascendido al trono sin esa gran mala hierba llamada Goliat. José nunca habría llegado a ser el Segundo en comando en Egipto sin haber sido traicionado por sus propios hermanos y acusado falsamente de un crimen. Nosotros nunca hubiéramos tenido el antiguo Compaq Center sin un juicio de tres años y medio. Hay mala hierba en nuestras vidas. No siempre comprenderás de dónde vino o por qué ha sucedido. No te desanimes, solo sigue moviéndote hacia adelante, sabiendo que Dios promete que Él se encargará de la mala hierba. Cuando veas la mala hierba brotar – los retos inesperados, lo malo que sucede cuando tú estás haciendo lo correcto – puedes estar seguro que la cosecha está cerca.
8. ¿Por qué es una elección el permanecer en paz y cuándo necesitamos tomar esa decisión?.
En las Escrituras, el apóstol Pablo nos dice que nos pongamos la armadura de Dios. Una de las piezas de esa armadura son las sandalias de la paz. Es interesante que Dios eligiera nuestros pies para la paz. Implica que a donde quiera que vamos, debemos elegir el permanecer en paz. Puedes tener el yelmo de la salvación, tu escudo de la fe, y tu cinto de la verdad; pero si no te pones tus sandalias de la paz, si no tomas la decisión de que no estarás enojado, no vivirás ofendido, no te verás envuelto en conflictos; entonces aunque tengas todas las otras piezas de la armadura, no serán efectivas sin la paz. Cuando tomas la decisión al empezar el día de que nada te hará enojar, te estás poniendo las sandalias de la paz. Estás diciendo “Dios, confío en ti. Sé que estás dirigiendo mis pasos. Aún si las cosas no van perfectas hoy, yo creo que todas las cosas ayudan a bien.”
9. Siempre pensamos en guardar nuestros corazones en el contexto del amor romántico, pero tú dices que tenemos que guardar nuestros corazones de perder nuestra paz. Cuéntanos sobre eso.
En el libro, hablo sobre guardarnos contra los tropiezos. Jesús dijo “Los tropiezos vendrán”. Él no dijo que podrían venir. Él no dijo que si eres una buena persona, si eres lo suficientemente amable, si citas suficientes escrituras; entonces no tendrás que tratar con personas malhumoradas, no golpearás ningún bache. No, Él dijo que los tropiezos vendrán. La palabra tropiezo viene de una palabra griega que significa “carnada”. De manera constante tendrás oportunidades para enojarte, vivir amargado y tropezar, discutir y tratar de vengarte de las personas. Debes guardar tu corazón. En vez de dejar que esas mismas cosas te hagan enojar, solo di “No gracias. No estoy mordiendo la carnada. No estoy cayendo en la trampa. Voy a disfrutar este día”.
10. Hay una gran cita en tu libro que dice, “No puedes arrastrar el fracaso de ayer, al presente y vivir en victoria” Explícanos un poco eso.
Todos hemos cometido errores y hecho cosas que no debíamos haber hecho. Es fácil seguir con ese peso, sintiéndonos mal por nosotros mismos. Pero el vivir con culpa no logra nada productivo. No te ayuda a hacer las cosas mejor, te lleva a batallar más. La culpa te drena emocionalmente. Físicamente, te desgasta. Cuando somos culpables, no perseguimos sueños, no creemos que podamos superar los desafíos; quedamos atrapados. Aquí está la clave: En el momento que le pediste perdón a Dios, Él no solo te perdonó, sino que además ya no recuerda tus pecados. No puedes arrastrar los fracasos del ayer al presente y vivir en victoria. Déjalos ir. Las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. No inviertas un minuto más disminuyendote a ti mismo, viviendo con remordimientos.
11. ¿Por qué los creyentes de hoy tienen tanta dificultad creyendo que Dios es por nosotros, y por qué necesitamos agarrarnos de ese concepto?.
Hoy en día y a lo largo de la historia, los creyentes siempre han tenido dificultad en saber que Dios es por ellos. El acusador trabajará sobretiempo diciéndote, “Dios no te va a bendecir. No puedes esperar su favor. No esperes cumplir ningún sueño. Le debes demasiado a Dios por ese error”. No creas la mentira de que Dios no puede usarte de la forma en que Él quiera. Cuando nos sentimos culpables, condenados, y nos disminuimos a nosotros mismos; no seguimos sueños, no damos pasos de fe. Dios necesita que seas confiado, seguro y que te sientas bien sobre ti mismo. Él tiene una tarea para ti. Él no está enojado contigo, Él está locamente enamorado de ti. Trae de vuelta tu paz. Él tiene algo para ti ahora mismo. Esa equivocación no ha detenido tu destino, no tienes que sentarte en las orillas de la vida; empieza a moverte hacia adelante.