Entrevista con Joyce Meyer
P: ¿Qué hizo que este fuera el momento adecuado para compartir sobre el poder de una vida desinteresada?
R: Creo que este puede ser uno de los libros más importantes que he escrito, y es un mensaje que he enseñado de diversas maneras a lo largo de los años. Creo que hoy, más que nunca, nuestra sociedad está extremadamente enfocada en el "yo". Todos estamos buscando gozo y satisfacción, pero no lo encontraremos mientras estemos constantemente enfocados en nosotros mismos.
El mundo a menudo enseña a las personas que la mejor manera de tener una vida excelente es "buscar ser el #1" y siempre poner a uno mismo en primer lugar. Pero eso no es lo que Dios dice en Su Palabra.
Dios nos instruye a amarnos los unos a los otros (Juan 13:34). Amar a los demás los hace felices, y también nos hace felices a nosotros. De hecho, Dios promete que cuando nos deleitamos en Él y nos enfocamos en ser buenos con los demás, Él cuidará de nuestras necesidades y nos dará los deseos de nuestro corazón (Salmo 37:4; Mateo 6:33).
Durante los primeros 30 años de mi vida cristiana, seguía siendo extremadamente egoísta y centrada en mí misma. Pasaba la mayor parte de mi tiempo pensando en lo que quería, lo que pensaba y cómo me sentía. Además, estaba llena de autocompasión. Cada mañana, me despertaba pensando en mí misma, y seguía pensando en mí misma todo el día hasta que me dormía por la noche.
Me costaba admitir que era egoísta, y creo que nos cuesta a todos. Pero enfrentar nuestro egocentrismo y dejar que Dios se encargue de ello fue algo que cambió mi vida, y creo que también lo será para los demás. Aprender a vivir una vida desinteresada puede parecer un camino improbable hacia la felicidad y la bendición, pero te prometo que lo es.
Nunca fuimos creados para enfocarnos constantemente hacia adentro. De hecho, la forma más rápida de volverse miserable es pensar todo el tiempo en uno mismo. Sin embargo, cuando eliges enfocarte en los demás y en cómo puedes ser una bendición para ellos, liberarás una tremenda alegría en tu vida.
P: ¿Qué principios o enseñanzas bíblicas enfatizas en tu libro para ayudar a los lectores a encontrar satisfacción y propósito en sus vidas?
R: Para empezar, creo que todos nosotros simplemente queremos ser felices. Buscamos gozo y satisfacción, pero a veces lo buscamos en los lugares equivocados. Por eso, el egoísmo puede ser tan sigiloso. Cuando somos egoístas, podemos pensar que estamos obteniendo lo que queremos, pero en realidad, roba nuestra alegría y nos deja vacíos.
Mateo 10:39 es una escritura clave en mi libro. Jesús dice: “El que haya su vida (la más baja) la perderá (la vida más alta); y el que pierda su vida (la más baja) por causa de mí, la hallará (la vida más alta” (AMP).
Jesús vino para que tuviéramos y disfrutáramos de nuestra vida abundantemente (Juan 10:10).
Si estamos dispuestos a ser desinteresados y dar a los demás, tendremos una abundancia de gozo. Se trata de vivir para dar, en lugar de vivir para recibir. Al hacerlo, Dios nos cuidará y nos dará mucho más de lo que podríamos conseguir por nosotros mismos (Lucas 6:38).
El egoísmo también puede manifestarse en nuestras vidas de muchas maneras que no nos damos cuenta. Por ejemplo, puede impedirnos confiar en Dios y dejar que Él nos cuide. Proverbios 3:5-7 dice: “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión…” (RVR1960).
Dios es más sabio que nosotros, y siempre sabe lo que es mejor para nosotros. Él sabe lo que funcionará en nuestras vidas y lo que nos hará felices.
Debido al abuso que sufrí cuando era niña, desarrollé una actitud que decía: "Nadie me controlará nunca más. No necesito a nadie más, yo puedo cuidar de mí misma". Era dificil para mi confiar completamente en Dios. Sin embargo, a medida que experimentaba Su fidelidad repetida, esa confianza creció. Está bien, y es incluso necesario, tener un plan. Pero la vida se vuelve buena cuando podemos relajarnos en el amor de Dios y confiar en Él para dirigir nuestros pasos en todo el camino.
Estos son algunos de los muchos principios que comparto en ¿Y Qué Hay De Mí? Y si puedo adelantar uno más, es que Dios es la fuente de todo cambio, y no podemos hacer nada de estas cosas sin Él (Juan 15:5).
Mi vida es un ejemplo perfecto. El Señor tomó a alguien que era muy egoísta y centrada en sí misma, y poco a poco, me transformó en quien soy hoy. Ciertamente tengo mucho camino por recorrer, y aún lucho con el egoísmo. Pero puedo decir que vivir para amar a los demás es el mayor gozo de mi vida.
Dondequiera que te encuentres en tu camino con Dios, quiero animarte a que el cambio es posible. ¡La Palabra de Dios tiene la capacidad de transformar tu corazón y ayudarte a disfrutar de todo lo que Él tiene planeado para tu futuro!
P: ¿Puede un creyente sabotear su propia alegría, propósito o éxito? (Si es así, ¿cómo podemos evitarlo?)
R: Sin duda, sí. En mi libro, comparto algunas historias divertidas sobre cómo solía ser tan egoísta. Como mencioné, hubo muchas mañanas en las que me quedaba en la cama pensando cómo hacer que todos hicieran lo que yo quería ese día. Ahora es fácil reírse de eso, años después. Pero esa mentalidad me mantenía atrapada. ¡Estaba saboteando mi propia alegría! Cuando somos egoístas, nos volvemos solitarios e insatisfechos.
Cuando se trata de sabotear nuestro propósito o éxito, creo que mucho depende de nuestra definición de éxito. El mundo considera a las personas exitosas cuando tienen mucho dinero, son dueños de su propio negocio, ocupan cargos ejecutivos o alcanzan fama y reconocimiento. Si bien ciertamente no hay nada de malo en lograr estas cosas, algunas personas descubren que están insatisfechas y realmente no saben quiénes son aparte de lo que hacen.
Por eso es importante preguntarnos por qué buscamos ciertas cosas. ¿Es para sentirnos amados o importantes? ¿Lo hacemos para demostrar algo a los demás? Si el dinero es la principal prioridad de alguien, se decepcionará al descubrir que el dinero y las cosas no pueden mantenerlos felices. Dios tiene un plan increíble para cada uno de nosotros, y nunca seremos más felices que cuando estamos caminando en Su voluntad para nuestras vidas.
P: ¿Qué papel juegan las redes sociales en la lucha por ver el éxito desde la perspectiva de Dios?
R: Las redes sociales pueden ser un lugar peligroso, especialmente para los jóvenes, porque no todo es lo que parece, y puede jugar con las inseguridades de las personas.
Por ejemplo, los niños pueden ir en línea y ver imágenes perfectas de personas y pensar que también deben lucir perfectos para ser amados y exitosos. Lo que no siempre saben es que estas imágenes "perfectas" a menudo son retocadas o mejoradas de alguna manera, y realmente representan un nivel inalcanzable de belleza que nadie puede lograr.
De nuevo, es importante entender que lo que Dios considera éxito no siempre es lo que el mundo dice que es. Las redes sociales a menudo destacan lo que se considera hermoso y enfatizan el estatus y la popularidad.
El mayor regalo que podemos darles a nuestros hijos es compartir lo que Dios dice sobre ellos en Su Palabra. Hacerles saber cuán amados y valiosos son, no por lo que hacen, cómo lucen o cuántos "me gusta" tienen en línea, sino porque son Su posesión invaluable y tienen un valor infinito en Cristo.
P: ¿Crees que es común que los creyentes luchen por equilibrar las necesidades personales con una vida de servicio a los demás?
R: Creo que podemos salir de balance de dos formas diferentes. Podemos vivir egoístamente y no enfocarnos lo suficiente en los demás. O también podemos ir al otro extremo y llegar al punto de ignorar nuestras propias necesidades.
Vivir una vida desinteresada no significa que nunca debamos pensar en nosotros mismos o hacer cosas que nos gustan. Cuidarnos a nosotros mismos es importante. Si no estamos saludables—emocional, mental y espiritualmente—entonces no tenemos nada que dar a los demás. A menudo digo que uno de los mejores regalos que puedes dar a tu familia y amigos es un tú saludable.
Paso bastante tiempo ministrando a los demás y elijo encontrar tantas formas como pueda de ser buena con las personas. Pero también necesito tiempo para mí misma, para descansar, recargar energías e incluso solo para divertirme. Si no tenemos ese equilibrio, es cuando nos metemos en problemas y nos sentimos agotados.
Primera de Pedro 5:8 dice: "Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente (con hambre voraz), anda alrededor buscando a quién devorar" (AMPC). Cuando nos salimos de balance, abrimos la puerta al enemigo.
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